¿Habrá alguien en la escena que no haya escuchado aun los saltos del bajo en "Welcome to Jamrock"? ¿Existirá algún DJ en el Reggae que no disfrute la base del “World a Music” para mover al salón? ¿dónde nace tanta fuerza?
“Out in the streets, they call it murder…” comienza la oda a la innovación musical que Damian Marley logró en un intempestivo ascenso del "Welcome to Jamrock". Esta canción, el “Reggae Song” del Año 2006 según la revista Times, enaltece el trabajo de Ini Kamoze. Un artista multifacético, cuya vida ha tenido que sortear las malas relaciones con sellos discográficos. Los intereses económicos y las categorizaciones han sido el eterno punto de discordia con los que negocian la música. En Arca Negra, te presentamos su historia…
Hijo de Scorpion, un policía jamaiquino, nació en Oracabessa, St Mary donde vivió hasta la partida de su padre, luego, pasó al regazo de la abuela en el sur de la isla. El destino lo llevó a Kingston de los 70. Enfervorizado por la música, amagaba la vida del ghetto, durmiendo en el techo de una construcción. Aquí visita reiteradamente a Mikey Dread en “Treasure Isle Studios”, desarrollando su don musical, junto a inspirarse con la fuerza Rastafari. Ya el año 76 reconoce públicamente el camino Rastafari como propio.
Como artista inquieto, volvió a Spanish Town para escribir una obra teatral llamada Runnings, controvertida por su contenido crítico sobre la realidad socio-política de la isla. Después publicó un libro sobre un episodio en la historia isleña, para de pronto volver a la música a través de su inspirador y amigo Jimmy Cliff, quien contactó al Sello “Mogho Naba Label” para poder grabar algún trabajo.Así, haciendo buenas migas con diferentes productores, logra componer su primer demo, desarrollando todos los componentes de su música: la línea de bajo, la batería y los arreglos. Los esfuerzos iniciales se plasmaron en “World Affair” y “Trainers”. Luego vendrían ya los primeros clásicos como “World a Music” (sampleado en Jamrock), “General” y “Trouble You a Trouble Me”.
Comenzaban los años 80, Jamaica vibraba con el legado de Bob Marley y bandas como Black Uhuru reinaban entre los sonidos del ghetto. El jerarca de la batería, Sly Dunbar, programador excelentísimo e inseparable complemento del bajista Robbie Shakespeare, descubría una destacable voz, improvisando un estilo ofensivo y audaz, pero siempre fiel a la base Roots.
Convino un contacto con Island Records, quien tomó bajo contrato a Kamoze. Su álbum debut poco se hizo esperar; ya en el 84 aparecía un disco homónimo grabado en los míticos estudios de Channel One. Siguieron los discos “Statement” y “Pirate”, siempre de la mano de Sly & Robbie.
Según el artista, el protagonismo era para este dúo del Drum & Bass que brillaban paralelamente con Black Uhuru, asemejando mucho el sonido de sus discos al de dicha banda. Todo esto, a expreso pedido de Island Records y su cabeza, Chris Blackwell.
Sus diferencias con el sello se hicieron cada vez más notorias, hasta que tomó la deliberada decisión de renunciar al contrato, aunque faltaban discos por producir. Hizo sentir abiertamente su repudio a la maquinaria del sello que, según él, sólo buscaba el enriquecimiento a través de su música.
Pronto comenzó a grabar con Danny Browne, Steely & Clevie y Tyrone Downey de The Wailers. El resultado fue “Shocking Out”, una bomba para los partidos políticos quienes reaccionaron contra singles como “Revolution” y “Hole In The Pumpkin”, este último censurado para una eventual emisión radial. Nuevamente demostraba su carácter indomable y militaba por demostrar la realidad de Jamaica, un tradicional compromiso del género.
Siguió en la línea de independizar su música colaborando con artistas como Sugar Minott, Ninjaman y Sanchez, negociando acuerdos con RAS y con Greensleeves, entre otros, y tomando las riendas de la emergente escena digital. También recibía las influencias del estilo Gangsta de esa época que lo lleva a obras como “Me and Mi Gun” y “Another Sound”. Para la segunda mitad de los ‘80 aparece el bombazo “Hotter this Year“, a través del Xterminator Label, un éxito que marcó la desaparición misteriosa del multifacético cantante, quien se toma un tiempo para “una inmigración interna”, como le llamó. Finalmente, reaparece con más fuerza que nunca, llegando a los oídos del mundo entero con su inspiradísimo trabajo “Here Comes the Hotstepper” en el año 94, remeciendo la escena dancehall del Slackness (estilo que fetichiza a mujeres, autos lujosos y la vida en pandillas). Logra con aquella apología del ritmo fusionar el Roots con el Hip Hop y delinear la evolución de una generación de jóvenes músicos que buscan la unificación de estos sonidos.
Hasta el día de hoy, el Lyrical Gangsta recibe los más altos honores por su música, aunque las peleas con los sellos siguieron, nunca obtuvo significativas ganancias por sus éxitos y actualmente tampoco ha cobrado derechos de propiedad por los samples utilizados por sus colegas.
“Al Reggae nadie lo puede detener”, dice convencido y, a la vez, motivado para grabar material nuevo y reeditar su último álbum “Debut“ (reversiones de sus primeros temas), esta vez en la línea de sus propias ideas y no obedeciendo cánones exitistas o radiales de algún sello.