Tributo a los Mártires: Patricio Lumumba, a 41 años de su muerte.

Procedente de una de las regiones más pobres del centro del Congo belga, se instaló en 1947 en la capital de la colonia, Leopoldville (la actual Kinshasa). Su educación fue autodidacta, tras haber sido expulsado de varias escuelas misionales. Pronto se hizo notar en los movimientos asociativos indígenas por su militancia en favor de ideales igualitarios, antiimperialistas y pacifistas.
Defraudado por las escasas posibilidades de acción social que le permitían las autoridades coloniales belgas, desde 1958 se orientó decididamente hacia la lucha por la descolonización del Congo; fue entonces cuando fundó el Movimiento Nacional Congolés, partidario de crear un Estado independiente y laico, cuyas estructuras políticas unitarias ayudaran a superar las diferencias tribales, creando así un sentimiento nacional.

En los años siguientes fue ganándose el aprecio de otros líderes nacionalistas africanos (como Nkrumah) y se impuso a los restantes dirigentes autóctonos del Congo con motivo de la Mesa Redonda de Bruselas que preparó el camino a la independencia (1960). Las elecciones de aquel mismo año dieron el triunfo a su movimiento, que demostró ser el único con implantación en todo el país.

El discurso inaugural de Lumumba como primer ministro, pronunciado el 30 de junio de 1960, molestó al gobierno belga, que esperaba mantener su posición privilegiada en el Congo independiente y seguir controlando este país, aunque a través de una fachada africana. La prensa belga calificó entonces despectivamente a Lumumba de "arribista negro". Las palabras de Lumumba, que mostraban su determinación de luchar contra todo vestigio de colonialismo y neo-colonialismo, fueron seguidas pronto por acciones y decisiones políticas en este mismo sentido. Esto acabó generando una situación que terminó con el asesinato del líder congoleño.

La aparición de un movimiento separatista en la provincia de Katanga representó el inicio de una grave crisis en el Congo y supuso también un paso decisivo en los planes de destrucción del nuevo gobierno del país. El gobierno belga, liderado por el primer ministro Gaston Eyskens, apoyó al "gobierno" separatista de Katanga, y muy en especial a los líderes rebeldes Moise Tshombe y Joseph-Desire Mobutu. Los presidentes norteamericanos Eisenhower y Kennedy respaldaron, por su parte, la intervención de la ONU en el conflicto con el fin de impedir que Lumumba consiguiera el apoyo de los ejércitos de algunos países africanos amigos o recursos del bloque soviético para combatir la agresión de los separatistas de Katanga.


De esta forma, algunos altos responsables de Naciones Unidas, incluyendo Dag Hammarskjold, aprobaron el envío de una fuerza militar de la ONU al país. Estas fuerzas acabaron jugando un papel fundamental en el derrocamiento del gobierno congoleño, al proceder a desarmar al ejército congoleño e impedirle así luchar contra los rebeldes. En este sentido, la ONU sirvió como un mero instrumento al servicio de EEUU, Bélgica y otros países occidentales en aquel conflicto.

Una unidad secreta de la CIA recibió también el encargo de asesinar a Lumumba, en colaboración con el gobierno de Bruselas, que también montó, por su parte, una operación de comando denominada "Operación Barracuda" con un fin similar. En un telegrama enviado a Lawrence Devlin, jefe de estación de la CIA en el Congo, Allen Dulles, en aquella época director de la CIA, señalaba: "Resulta claro que si Lumumba continúa ostentando su actual cargo, el resultado inevitable, en el mejor de los casos, será el caos en el Congo, y, en el peor, una toma del poder por parte de los comunistas, con desastrosas consecuencias para el prestigio de la ONU y los intereses del mundo libre en general. En consecuencia, hemos concluido que su derrocamiento debe ser un objetivo urgente y prioritario de nuestra acción encubierta". La CIA puso en marcha entonces la "Operación Wizard", destinada a apartar a Lumumba del poder y acabar con su movimiento. Según diversos relatos aparecidos en periódicos como The Guardian o The Washington Post, el propio Eisenhower dio a Dulles la orden de que Lumumba fuera "eliminado". En septiembre de 1960, el coronel Joseph-Desire Mobutu, apoyado por EEUU y Bélgica, dio un golpe de estado y disolvió el gobierno y el Parlamento.

Patricio Lumumba fue asesinado el 17 de enero de 1961, menos de seis meses después de haber sido elegido primer ministro del antiguo Congo belga. Para la posteridad, Lumumba es recordado como mártir del nacionalismo africano y de sus aspiraciones de paz y justicia social, inspirando la resistencia de un movimiento lumumbista en su propio país. A 41 años de su muerte, hoy 17 de Enero de 2007, Arca Negra rinde su homenaje a este gran patriota africano.