A 20 años de su brutal asesinato...
Un personaje avasallador, confrontacional e irritante, el músico que no quiso ser recordado como corista de los Wailers, por lo que cimentó un camino propio a nivel artístico. Rastafari jamaiquino que, entre otros motivos de lucha, abogaba por el libre consumo de marihuana fumando enormes spliffs sobre el escenario. Disparaba a quemarropa contra políticos, policías y jueces sin distinguir. Toda una vida contra Babilón que le pasó la cuenta, pero no logró apagar la llama que llevaba en el corazón y que traspasó a tantos luchadores en el mundo.
Trenchtown, The Wailers y Studio One
Tantas pasadas misteriosas tiene su vida que los relatores biográficos han tenido ardua tarea en recopilar y recabar antecedentes que ayuden a constituir el perfil de Winston Hubert McIntosh. Mitos sobre su asesinato, sobre su relación con Bob Marley y el productor Chris Blackwell a quien llamaba “Whiteworst” (= Lo peor blanco), sobre las mujeres que lo rodearon en vida, sobre las palizas que le daban los policías isleños cada vez que tenían la oportunidad y que le causaron jaquecas insoportables. Estos mitos y la porfía por seguir su camino hacen parecer a Tosh uno de los jamaiquinos más obstinados y tercos que contribuyeron sin igual al crecimiento del Reggae y a la difusión de serios mensajes Rasta en todo el mundo.
Es parte de la fascinante historia de los amigos del barrio Trenchtown que pasaban las tardes haciendo música para olvidar el hambre, para construir una salida del circulo vicioso de la pobreza, para sustentarse en la luz de esperanza que entrega la música, no importando las condiciones en que se pueda dar. Así, callejeaban por el ghetto, junto a Bunny y Bob, en dirección a la casa de Joe Higgs, mentor musical de los nacientes Wailing Wailers. Armonizaron sus voces y acompañados de otros músicos se dieron a grabar sus primeros éxitos en el Studio One de Coxsone Dodd.
Los 60 era la década del Ska y Simmer Down, One Love y Maga Dog (en este último, con Tosh en la voz principal), sonaban fuerte en la isla. Sin embargo, el éxito masivo no se condecía con la paga, casi nula por parte de Dodd. Así comenzó un peregrinar por diferentes productores y sellos que para Tosh no pararía hasta su último álbum No Nuclear War, publicado tres meses antes de morir.
Palabra, Sonido y Poder
Probablemente la época más inspirada del trío Wailers fue con Lee Perry, antepuerta del contrato con Island Records de Blackwell y que significaría la partida de Peter y Bunny después de haber lanzado dos álbumes, Catch a Fire y Burnin’. Estos álbumes abrieron los oídos al Reggae y consecuentemente el mercado de la música para esta propuesta vehemente, que quería sonar con letras claras y humo de Ganja. Pero en la banda había tensiones fuertes. Blackwell quería a Marley como protagonista y Tosh no se conformaba con ser relegado al rol de corista. Después de estar 12 años en el grupo, Tosh, al igual que Bunny, sentía la necesidad de partir y cuando los Wailers estaban en la gira promocional de Burnin’ a principios de 1975, Bob Marley quedó sin sus compañeros de barrio, momento en el cual conformó a las I-Threes para su apoyo vocal.
Tantas pasadas misteriosas tiene su vida que los relatores biográficos han tenido ardua tarea en recopilar y recabar antecedentes que ayuden a constituir el perfil de Winston Hubert McIntosh. Mitos sobre su asesinato, sobre su relación con Bob Marley y el productor Chris Blackwell a quien llamaba “Whiteworst” (= Lo peor blanco), sobre las mujeres que lo rodearon en vida, sobre las palizas que le daban los policías isleños cada vez que tenían la oportunidad y que le causaron jaquecas insoportables. Estos mitos y la porfía por seguir su camino hacen parecer a Tosh uno de los jamaiquinos más obstinados y tercos que contribuyeron sin igual al crecimiento del Reggae y a la difusión de serios mensajes Rasta en todo el mundo.
Es parte de la fascinante historia de los amigos del barrio Trenchtown que pasaban las tardes haciendo música para olvidar el hambre, para construir una salida del circulo vicioso de la pobreza, para sustentarse en la luz de esperanza que entrega la música, no importando las condiciones en que se pueda dar. Así, callejeaban por el ghetto, junto a Bunny y Bob, en dirección a la casa de Joe Higgs, mentor musical de los nacientes Wailing Wailers. Armonizaron sus voces y acompañados de otros músicos se dieron a grabar sus primeros éxitos en el Studio One de Coxsone Dodd.
Los 60 era la década del Ska y Simmer Down, One Love y Maga Dog (en este último, con Tosh en la voz principal), sonaban fuerte en la isla. Sin embargo, el éxito masivo no se condecía con la paga, casi nula por parte de Dodd. Así comenzó un peregrinar por diferentes productores y sellos que para Tosh no pararía hasta su último álbum No Nuclear War, publicado tres meses antes de morir.
Palabra, Sonido y Poder
Probablemente la época más inspirada del trío Wailers fue con Lee Perry, antepuerta del contrato con Island Records de Blackwell y que significaría la partida de Peter y Bunny después de haber lanzado dos álbumes, Catch a Fire y Burnin’. Estos álbumes abrieron los oídos al Reggae y consecuentemente el mercado de la música para esta propuesta vehemente, que quería sonar con letras claras y humo de Ganja. Pero en la banda había tensiones fuertes. Blackwell quería a Marley como protagonista y Tosh no se conformaba con ser relegado al rol de corista. Después de estar 12 años en el grupo, Tosh, al igual que Bunny, sentía la necesidad de partir y cuando los Wailers estaban en la gira promocional de Burnin’ a principios de 1975, Bob Marley quedó sin sus compañeros de barrio, momento en el cual conformó a las I-Threes para su apoyo vocal.
Con gran apoyo de la banda, Tosh dio inicio a su carrera solista con un álbum de elocuente título: Legalize It. Esta placa, lanzada el ’76, lograba reeditar varios temas antiguos como Burial, No Sympathy, Brand New Second Hand y crear cortes inolvidables como Igziabeher, Why Must I y el single que le da nombre al disco. Este álbum, fundamental en las discotecas Reggae, es un disco de transición para encontrar su propio sonido, el que consigue con su segunda placa.
Para ésta, de nombre Equal Rights, uno de los discos más acertados del artista, Tosh conformó su propia banda con poderosos elementos: la banda Word, Sound and Power (Palabra, Sonido y Poder). Batería y bajo a mano de Sly & Robbie, complementados por Al Anderson, Mikey Chung, Robbie Lynn, Keith Sterling and Scully Simms. Podemos disfrutar de tremendos clásicos como Get Up Stand Up y Downpressor Man y una versión de Stepping Razor, la canción escrita por Joe Higgs y que cobra vida con su fuerte personalidad.
Ascenso y Descenso del Mystic Man
Esta banda vivió junto a Tosh el legendario One Love Peace Concert, que no dejó indiferente a nadie por la poderosa señal que Marley logró entregar, dando la mano simultáneamente a los archirivales de la política isleña, Manley y Seaga. Pero también fue trascendente para Peter porque emplazó fuertemente a las autoridades con sus palabras en contra del sistema (=Shitstem) y a favor del consumo de marihuana, subrayadas por un tremendo spliff que fumaba con devoción. Entre el público se encontraba Mick Jagger quien, impresionado por su desplante escénico y su magnetismo, no dudó en fichar a Tosh como el primer artista del naciente sello Rolling Stones Records.
Para ésta, de nombre Equal Rights, uno de los discos más acertados del artista, Tosh conformó su propia banda con poderosos elementos: la banda Word, Sound and Power (Palabra, Sonido y Poder). Batería y bajo a mano de Sly & Robbie, complementados por Al Anderson, Mikey Chung, Robbie Lynn, Keith Sterling and Scully Simms. Podemos disfrutar de tremendos clásicos como Get Up Stand Up y Downpressor Man y una versión de Stepping Razor, la canción escrita por Joe Higgs y que cobra vida con su fuerte personalidad.
Ascenso y Descenso del Mystic Man
Esta banda vivió junto a Tosh el legendario One Love Peace Concert, que no dejó indiferente a nadie por la poderosa señal que Marley logró entregar, dando la mano simultáneamente a los archirivales de la política isleña, Manley y Seaga. Pero también fue trascendente para Peter porque emplazó fuertemente a las autoridades con sus palabras en contra del sistema (=Shitstem) y a favor del consumo de marihuana, subrayadas por un tremendo spliff que fumaba con devoción. Entre el público se encontraba Mick Jagger quien, impresionado por su desplante escénico y su magnetismo, no dudó en fichar a Tosh como el primer artista del naciente sello Rolling Stones Records.
En esta relación nacieron los tres siguientes discos de Peter: Bush Doctor (‘78), Mystic Man (‘79) y Wanted Dread and Alive (‘81). Tosh sería el acto de apertura en una importante gira de los Stones por Estados Unidos. Incluso en la primera placa con el sello, Jagger grabó a duo con Peter el tema Don’t Look Back, canción que presentaron juntos en el estelar gringo Saturday Night Live.
Este podría haber sido el despegue internacional de Tosh, pero también en este capítulo junto a los Rolling Stones hubo suspicacias que se fueron mitificando con el tiempo. Por ejemplo que Keith Richards tuvo un feroz enfrentamiento con Peter cuando éste se apoderaba de una casa de la banda en Jamaica a causa de unos dineros que supuestamente habían quedado impagos. Cuando Richards lo enfrentó Tosh habría empuñado una ametralladora para luego despedazar la casa e irse.
Sea como sea, hubo un quiebre con el sello, para firmar contrato con EMI, junto al cual sacó Mama Africa el año ‘83 donde destaca la versión del clásico de Chuck Berry, Johnny B. Goode. En esta época, los ataques de jaqueca atormentaban al artista, quien viajó en una especie de autoexilio a Nigeria, a buscar a un Bush Doctor, junto a su manager Copeland Forbes, gurú del Reggae Business. En este país, donde gozaba una fama sin igual, Tosh no se podía mover sin ser acosado con peticiones de autógrafos en las ciudades. Por el contrario, en las partes rurales asustaba con sus dreadlocks que personifican a brujos y endemoniados, según la creencia popular.
Este podría haber sido el despegue internacional de Tosh, pero también en este capítulo junto a los Rolling Stones hubo suspicacias que se fueron mitificando con el tiempo. Por ejemplo que Keith Richards tuvo un feroz enfrentamiento con Peter cuando éste se apoderaba de una casa de la banda en Jamaica a causa de unos dineros que supuestamente habían quedado impagos. Cuando Richards lo enfrentó Tosh habría empuñado una ametralladora para luego despedazar la casa e irse.
Sea como sea, hubo un quiebre con el sello, para firmar contrato con EMI, junto al cual sacó Mama Africa el año ‘83 donde destaca la versión del clásico de Chuck Berry, Johnny B. Goode. En esta época, los ataques de jaqueca atormentaban al artista, quien viajó en una especie de autoexilio a Nigeria, a buscar a un Bush Doctor, junto a su manager Copeland Forbes, gurú del Reggae Business. En este país, donde gozaba una fama sin igual, Tosh no se podía mover sin ser acosado con peticiones de autógrafos en las ciudades. Por el contrario, en las partes rurales asustaba con sus dreadlocks que personifican a brujos y endemoniados, según la creencia popular.
Con la ayuda de Sonny Okosun, superestrella musical del África Occidental, llegó a un sanador quien además de sacarle el veneno de la cabeza, le recomendó cuidarse de ciertas mujeres que lo rodeaban. Consejo no acogido por el alto, delgado e intimidante Peter, que daba todo por consentir a su Marlene Brown. Voces del entorno aseguran que ella manipuló e hizo caer el potencial artístico del cantante con sus jugarretas y cizaña que sembraba, sobretodo con los compañeros de trabajo (managers, periodistas, músicos).
En este clima de desavenencias, hubo cuatro años sin producción discográfica aunque sí una placa en vivo, la única que salió durante su vida: Captured Live en el Greek Theater de Los Angeles, que fue reeditada hace poco como un DVD (video y audio).
Epílogo de un Rebelde
Sus inspiradoras sesiones de música y razonamientos eran acompañadas por varios seguidores. Entre otros, un siempre leal baterista de nombre Carlton “Santa” Davis cuyo testimonio presencial del día 11 de septiembre de 1987 será la versión que tomaremos por oficial en cuanto a la muerte de Peter McIntosh.
A estas reuniones llegaba gente para compartir la vibración, no se cerraba la puerta a nadie que quisiera estar. Frecuentemente se veía a un recién desencarcelado Dennis “Leppo” Lobban que obtuvo su libertad por la comprometida acción del poeta dub Mutabaruka. Solía quedarse hasta tarde y disfrutar del gesto del dueño de casa, quien le costeaba un taxi para regresar al hogar. Estos continuos pagos más una desconfianza presencial, llevaron a Santa a advertir a Peter para que no siguiera con su dadivosa postura frente a Leppo. Este hombre, enterado de un litigio que Peter estaba peleando contra el sello EMI suponía que había gran cantidad de dinero en la casa del artista. Nublado con la idea de usurpar dólares, Leppo, acompañado por unos matones, irrumpieron en la casa de Tosh, quien se encontraba acompañado por sus más cercanos. De un momento a otro comenzó la balacera que le quitó la vida al gigante del Reggae, como también a Wilton “Doc” Brown y a Jeff “Free I” Dixon, uno de los Dj’s más populares del momento en la isla.
Este episodio sentenció una vida llena de violencia pero también de mucho amor, contrastes que vivía Peter Tosh a diario y que le dieron una inmensa fuerza para levantarse y pelear. Esta fuerza esencial la entrega a través de su música y es una gran inspiración para las generaciones venideras. Peter sigue vivo en los corazones de fuego. ¡Rastafari!