Década de los 70 en Inglaterra. Londres vivía el pujante clima del rock inglés, pretencioso, autosuficiente y sumamente progresista; por sus calles resonaba el soul y la incipiente onda disco con sus canciones poperas y el glamour “very british”. La contracara a tan aristocráticos aires fue la explosión punk que se inspiró tremendamente en los allegados jamaiquinos, los rudeboys y los sellos que se dedicaron a importar la música desde esa pequeña isla en medio del caribe.
Hoy queremos rendir un humilde homenaje al sello Greensleeves, que nació como una alternativa a Island Records (el sello que lanzó a Bob Marley a la fama internacional), ya que este último se esmeró en llegar a un público masivo, mientras que el primero buscó producir a artistas jamaiquinos por el gusto de acceder a buena música Reggae.
Con este propósito Chris Cracknell (que no se confunda con Chris Blackwell) y su socio Chris Sedgwick decidieron abrir una tienda de discos Reggae y Soul en el corazón de un barrio caribeño. Su buen amigo Jay B. viajaba frecuentemente a Jamaica y volvía con algunos discos para la venta. Poco a poco, la disquería sería el punto de encuentro de Dj’s, productores, artistas y amantes de la música, agradeciendo la sinergia entre la incipiente escena punk y el Reggae, siempre retroalimentándose y ávidos todos de encontrar nuevos discos.
Los discos que comercializaban eran de 7, 12 y 45 pulgadas. Los de 7 y 12 pulgadas, hoy en franca agonía, correspondían a los más frecuentes en los primeros tiempos del sello, ya que era raro ver que algún artista emergente tuviera ya un larga duración. Uno de estos artistas, que contaba con el franco apoyo de Greensleeves fue General Echo, quien logró el primer éxito de venta de la casa con "Bathroom Sex", rechazado previamente por otros sellos como Trojan o Island.
Otro que proveía la casa con discos era King Jammy, apareciendo con el "Fally Ranking" de Johnny Osbourne, nuevamente un éxito de ventas. Lentamente se transformaron de casa disquera a sello, cuidando religiosamente el trato con los artistas, cumpliendo con contratos respetuosos, adelantos monetarios y otros beneficios para los músicos poco vistos para la época y el medio.
Siempre trabajaron con personas de confianza, por ejemplo Tony McDermott fue el encargado de diseñar las carátulas durante todo este tiempo. Pero quizás la persona más importante para el desarrollo del sello fue Henry "Junjo" Lawes. Hubo mucha química entre Chris y Junjo, pudieron vender "Bounty Hunter" del adolescente Barrington Levy producido por Junjo, quien además produciría más álbumes por encargo de Greensleeves. Siguieron producciones con Wailing Souls, Capital Letters, Clint Eastwood y su "Sex Education".
Por esos años General Echo murió como tantos en Jamaica, a causa de una bala asesina. Este shock para la comunidad fue canalizado con el homenaje “Tribute to General Echo“ a manos del dúo Clint Eastwood & General Saint, patrocinado por el sello cumpleañero.
Estos socios reconocen el mérito de productores como Junjo, King Jammy y el gran Gussie Clarke (productor del históricamente importante “Rumours” de Gregory Isaacs) en la evolución de la música jamaiquina, pero lamentan la fuerte irrupción de la tecnología digital en desmedro del esfuerzo creador. Además, critican la nueva costumbre de explotar los riddims al grabar cerca de veinte artistas con una misma base.
Quizás tales molestias, quizás la edad o quizás el hecho de que a partir de este año se les prohíbe fumar en las oficinas, es que, después de 30 años llenos de historia musical, decidieron vender el sello por la módica suma de tres millones de libras a Dan Koster, de Nueva York. Confían en su experiencia y aseguran que el sello se dedicará a fichar artistas emergentes junto a repasar ediciones retrospectivas.